El porqué de mi tía y no yo

martes, 29 de octubre de 2013

Si me preguntan quién soy yo y debo responder según la idea de que algo "es o no es" entonces no soy artista, pero tampoco estaría muy segura de lo que sí soy de manera unívoca y exclusiva. Pero si me dejan responder a lo que soy por partes o de vez en cuando, aquí hay una lista con la que comenzaría mi respuesta:

A veces soy artista, a veces soy madre y muchas más veces soy hija, muy pocas veces soy cocinera y la mayor parte del tiempo soy estudiante; en las tardes soy profesora...
Soy consentida y consentidora, pocas veces soy enojona y soy muuuuyy paciente. A veces soy poetisa, me gusta ser intelectual, soy cautelosa y según el lugar y la compañía puedo ser muy graciosa. A veces soy insoportable (todos llegamos a serlo) pero las más de las veces soy tierna y amable. A veces soy lingüista y otra veces psicóloga, casi no me gusta ser consejera (es un poco riesgoso) pero me gusta estar dispuesta a ser pedagoga. Soy lectora, a veces a medias y leo de todo: desde las etiquetas de los tarros hasta del arte contemporáneo (aunque esto último intento serlo, no lo soy del todo).
Como todos los seres humanos, también tengo mi lado oscuro: soy desordenada y a veces hasta soy criticona, soy de las que ponen excusas cuando falla. Pero que bueno es que cada día soy más consciente de mis errores y que quiero ser perfeccionada.

De la lista de las cosas que fui hay muchas que me gustaría borrar, pero de las que más me agradan, fui niña (y cuán rápido voló el tiempo), fui actriz de teatro y bailarina (y me gustaría volver a serlo), fui y sigo siendo una bebé para mi papá.

Quiero ser, como todos, feliz. La consecución de este querer ser ya incluye todos mis sueños y maravillas, unos más cercanos que otros, pero todos posibles -madre, abuela, bisabuela; maestra...-. Pero también incluye los deseos de llegar a ser lo que, por pereza o falta de disciplina, podría ser hoy pero no soy: deportista, ordenada, disciplinada, artesana consagrada, orante incansable...

Esta no es una oda o elogio a lo que soy, es la expresión de lo que a veces soy y lo que quiero ser. Pero sin importar todo lo que he dicho que soy, falta lo más importante: soy una Hija de Dios, y este soy bien puede opacar al resto, porque siendo esto, Él es el que sabe lo que fui, lo que soy y -con mis sueños- sabe de antemano lo que seré; por eso no me afana tanto el futuro sino lo que hago para ser lo que quiero ser en Él.

Todas estas características van con el son (más inherente) y no con el estoy (menos inherente) porque hacen parte de mí, no puedo ser todas estas cosas al tiempo pero las soy si me miro al espejo, si me piden que diga lo que pienso o si me pienso mirando al cielo.